Mi amiga es una chica de 19 años. Por si todavían no lo saben, yo tengo 21. Hay una pequeña diferencia de edad, pero no es problema para nosotras. A menudo aprendo de ella, y quizás, ella de mi. A veces me olvido que es más chica que yo, pues suele ser muy madura. La amo como se puede amar a una hermana. De hecho, así lo hago. Le hablo y la cuido como a si fuese una de mis pequeñas hermanas. Quiero estar siempre para ella y que cada palabra que use para aconsejarla le sirvan. Dios, la vida o el destino, hizo que llegará a mi. Definitivamente es muy especial.
A pesar de todo el amor que le tengo, y todo lo que significa en mi vida, prefiero no ir a visitarla. No es que su casa sea fea, o su barrio inseguro. Es a causa de una persona que nunca va a irse de su vida, y es que tiene el derecho a quedarse. Se trata de su madre. Solo una vez se comporto de manera dulce, gentil y educada. El resto de las veces la vi enojada o malhumorada. Como si mi presencia en la vida de su hija no le gustase. ¡Sepalo señora mamá, yo a su hija no la dejo más!
Hace unos minutos atrás mi amiga estaba en mi casa tomando mate conmigo. Les comento que son las 21:30 de la noche y llueve como si el cielo se hubiese roto. De mi casa, a su casa, hay un viaje medio largo. Es totalmente inseguro esperar el colectivo. Conciente de eso, le dije que se quedará a dormir. Hasta le preste mi teléfono para que llamará a su mamá. Así lo hizo. Otra mamá la hubiese dejado sin problema. Cualquiera de nosotros pensaria que es más seguro quedarse en la casa de nuestro amigo, que salir afuera bajo la lluvia esperando el colectivo que puede tardar entre 15 y 30 minutos, en la noche, sola y frente a una villa, (más bien al costado), pero eso no importa. Su mamá conocia el riesgo al que se exponía su hija. Nada le importó. Le exigió que volviera a su casa de manera urgente.
Con situaciones así, ¿quién no pensaria que el problema es uno?.
Yo no soy una mala persona. No me considero una mala influencia. Es más, trato de ser el mejor ejemplo a seguir. No exagero cuando digo que la cuido y la amo como a una más de mis hermanas.Les cuento que a mis hermanas las cuido de una manera más maternal que fraternal. Me fijo que hayan comido, que no tengan frio, que salgan abrigada o protegidas del sol, según el clima. Ahora cuando se fue, le preste un saquito para que se abrigará, y le quise dar mi paragua pero lo rechazó. Seguro debe estar bajo la lluvia esperando que llegué su segundo colectivo, y es que para venir a la mia tiene que tomar dos. Rezó para que llegue bien. En unos minutos voy a llamarla para saber si está bien.
La mamá de mi amiga definitivamente me odia. No me angustio, porque yo tampoco la quiero mucho. Detesto como la trata y como le habla. Parece más la mucama que la hija. Vive gritandole y dandole órdenes : "traeme esto", "hace aquello", "llevate este otro". Nunca un por favor o un gracias. Jamás la escuche decirle "te quiero hija". Es ese tipo de mamás absolutamente insesible.
Mi amiga habla maravillas de ella. Quizás lo sea, pero hasta ahora no vi nada de lo que ella me describe.
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