domingo, 19 de febrero de 2012

Mi amante...

                   ¿Qué será que piensa cuando me ve? Me mira fijo, concentrado y a la vez perdido, como si se distrajera pensando. Mi mira con ternura y con miedo, como si algo de mi lo asustase y a la vez lo cautivase. El es así, es siempre la combinación perfecta entre una cosa y la otra. Es dulce y tosco, es educado y ordinario, es sociable y agresivo, es cara dura y tímido... Con él, es siempre así. Quizás por eso me gusta. No es lo que suelo buscar, no se ve como lo que me suele atraer, sin embargo me encanta.
                    A veces lo extraño, y me paso horas pensando en la última vez que lo vi, y otras cuantas planificando nuestro próximo encuentro. Espero verlo y que me bese como los amantes se besan, pero no puede. No se atreve a besarme; dice que le inquieta mi cara "angelical", piensa que soy demasiada buena; inocente, digamos... ¡Otra vez esa palabra! Maldita palabra... Maldita cara... ¿Tan santa me ve? ¿Tan buena soy? ¿Comó es que no lo sabía? La bondad se me escapa por los poros, y yo ni enterada. Algo tengo que hacer... No puedo vivir así, sin sus besos o sus caricias. Le da miedo corromperme, yo quiero que lo haga. Dice que no soy como las chicas que conoce. Dice que otras ya estarían encima suyo a los besos a penas se lo insinua, que en la cama tuvo muchas y todas se sabían el kamasutra entero. Yo no soy así... Soy muy buena a parentemente. Creo que eso es lo que le gusta de mi y la vez lo asusta. No sabe como tratarme, ni como hablarme. Todo lo hace y lo dice con cautela por miedo a asustarme. Piensa dos veces antes de abrir su boca, me habla con si estuviese hablando con una nena o una amiga, y cada tanto se le escapa algo, pero inmediatamente se echa atrás. Quiero que se atreva a más... Gracias a Dios, en la habitación es otra cosa. Sigue tratandome con ternura y cautela, con la diferencia que se siente un poco más "liberado". Incluso, llega a olvidarse de mi santidad. Lo que más me gusta es estar entre sus brazos cuando terminamos. Me rodea con sus brazos despacio, como si no quisiera alterarme. Y entonces me mira... Nunca vi a nadie verme así. Es esa mezcla rara que les conte al principio. A veces me da la sensación de que hay algo más, y yo todavía no me entere. ¿Será que me quiere? ¿Será que se está enamorando? Eso si me asusta. Son sentimientos a los que no estoy lista. Podemos besarnos y ser amantes, pero no se si enamorados...

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