martes, 30 de octubre de 2012

MAMÁ SOLTERA.


Mamá soltera:
En el momento que mi novio me pidió con lágrimas en los ojos, que por favor, no lo tuviera, supe, que una tormenta se aproximaría, y que más que nunca debía ser fuerte para sostenerme a mi, y a todo lo que se cayera a mi alrededor; incluido él mismo, que para ese entonces, todavía lo amaba.
Intente justificar su reacción, y contuve el dolor y la ira de oír tal pedido. ¿Cómo podía pedirme que matara un hijo mío y suyo? ¿Tan atemorizado podía estar? En mi mente me repetía una y otra vez, “debe ser miedo”, y de mi boca solo salía “todo va a salir bien”. Yo ahí, en la habitación de un telo barato, sin ninguna intención de tener relaciones, con un test de embarazo positivo y mi novio en mis brazos llorando y temblando. Pude haber sucumbido, y haber cedido al pedido desesperado del supuesto hombre de mi vida, pero no lo hice. Todavía me pregunto si fue un acto de amor a la vida, o un acto de inconciencia. Ignacio tenía razón. Ninguno estaba preparado y no era el momento. Nuestra relación de noviazgo recién comenzaba, y un bebé, significaba perder todo. No solo nuestra relación. Implicaba perder noches de fiestas, futuros trabajos, experiencias aún no vividas, y un montón de beneficios más de ser joven y sin responsabilidad por nadie más que por uno mismo. Yo lo sabía. Entendía cada motivo que me daba para no tenerlo. Entendía también mucho más…
Sabia que se venían momentos muchos mas duros de los que podría imaginar. No me importaba. Estaba dispuesta a todo. Mi hijo iba a nacer. Mi hijo va a nacer. Con o sin él iba a ser así. De hecho, fue eso mismo lo que dije. Mi decisión ya estaba tomada. Ahora quedaba en él, si quedarse o irse.
Dentro de mí había vida, aunque nadie más lo notara y yo aun no lo sintiera. Dentro mío había un hijo, producto del amor que le tenía a mi novio, y producto del deseo de ser mamá. Ese siempre había sido mi sueño. Siempre había anhelado ser madre. No podía ser asesina de mi propio sueño. Mi hijo es un sueño. Es un sueño hecho realidad.
Después de eso, muchas veces llovió. Tuve que soportar cada trueno, cada relámpago que cayó sobre mí. Por supuesto que no fue fácil, y más de una vez, las gotas cayeron de mis ojos y no del cielo. No fue sencillo mantenerse firme y tratar de sostener todo. Creo que en el intento me caí varias veces. Por suerte hubo gente que me ayudo a pararme.
El día más oscuro, fue el día que Ignacio me llamó por teléfono y me dijo que ya no quería estar conmigo, que sin é iba a ser feliz. Eso era algo imposible para mí. Había soñado mi vida entera a su lado, y creí que ambos estabamos dispuestos a pelear para estar juntos y superar nuestros problemas. Como pareja habíamos funcionado bien hasta que él cometió infidelidad. Las cosas empeoraron después de saber lo del embarazo. Yo lo amaba, y por eso soportaba. También lo hacia porque quería que mi hijo tuviera un padre. No tenía mas nada para darle. Por eso dolió tanto cuando se fue y me dejo sola.
No entendía. No entender me enfurecía. Estuve con esa ira en el pecho por más de un mes. Era algo tan toxico. Sentía que sin él no podía seguir. Lo necesitaba conmigo, como pareja y como padre de mi hijo. Quería una familia, y estaba incompleta sin él. Con él se fueron muchos sueños. Sueños que no van a volver… No era feliz. Lo extrañaba, y a pesar de que a veces lo odiaba, algo quería seguir amándolo y perdonarlo por todo.
Así paso más de un mes. Dos veces me llamó por teléfono. Y las conversaciones no duraban más de cinco minutos. Todo indicaba que su amor por mi había terminado, y que solo hablaba conmigo por obligación. Un hijo no debe ser nunca una obligación, o al menos eso pienso.
La tormenta hizo presencia la última vez que nos encontramos. Hizo presencia por más de una semana. La lluvia no solo se había llevado mi bronca, sino también mi amor por Ignacio. Verlo y oírlo esa ultima vez, hizo que me diera cuenta que el tiempo que había estado con él, había tenido una venda, en realidad más de una. Y fueron cayendo de a poco, cada vez que me lastimaba. Ya no puede lastimarme. Ignacio tomo su decisión, y yo la mía. Él, eligió irse y seguir como si el bebé o yo no existiéramos, y yo, decidí ser mamá por sobre todas las cosas. Elegí ser mamá soltera.
Ser mamá soltera no significa necesariamente estar sola. Yo ciertamente no lo estoy. No tengo a mi pareja, y mi hijo no tiene a su papá. Pero tenemos un montón de gente que nos quieren y nos cuidan. Son amigos y familia. Gente que reza por nosotros. No somos solo nosotros dos. Somos nosotros dos, y el resto de nuestro mundo. No estamos solos. Eso, es mil veces mejor que encontrar al amor de mi vida. Mi bebé no tiene padre. No puedo dárselo, porque el que tiene, se dio a la fuga. Pero en su lugar, tiene tíos, y tiene tías. Y ninguno jamás le va a hacer faltar el amor que necesita. Es más. Creo que va a tener amor de sobra.
Cuando mi hijo pregunte por su padre, yo le voy a decir, “Tu papá fue un hombre al que ame mucho, pero el amor duró poco. No supo cuidarlo. Tuvo miedo y escapó, pues fue más fácil así. Yo no quería soltarlo, pero no podía atarlo. Si piensa en vos, no lo se, si te extraña, tampoco lo se. Solo se que a pesar de sus errores, hay algo por lo que siempre voy a estar agradecida con él. Me dio el mejor regalo, mi hijo. Mi pequeño tesoro, ese que amo mas que a mi vida propia.”

sábado, 9 de junio de 2012

destino, casualidad...lo que sea, me da igual...

          A veces nos pasan cosas que no esperamos, ni planeamos. Son cosas que a veces deseamos que pase, pero no tenemos esperanzas de que ocurran realmente porque nos parece algo imposible, y entonces, el destino nos sorprende.
 


 
      Yo soy de esas personas que cree que TODO PASA POR ALGO, nada es porque si, todo tiene un porque. Las personas que conocemos, la conocemos por algo. Para amarlas, para odiarlas, para ayudarlas, para aprender, para lo que sea.... SOLO EL DESTINO SABE.


     Las cosas que nos pasan también pasan por algo. Cruzarse con alguien que hace mucho no ves, perder plata, llegar tarde, perder un colectivo, todas esas cosas que a veces parece solo suerte, también es culpa del destino. Tal vez, en ese colectivo que perdieron iba alguien que todavía no debían conocer, alguien que no debían ver, o al revés, en el colectivo al que suban después, está alguien o algo que si o si debían encontrar.


           El destino es así. No siempre lo entendemos en el acto. A veces nunca. No hace falta. Sepan que pasa por algo, por un motivo...


            El destino une, el destino separa...  Otra cosa que deben saber es que si debe ser, será, y sino, no. Así de simple. No hay mayor complicación que esa.

domingo, 27 de mayo de 2012

EL GRILLO(última parte)


Era un sendero rústico, cuya única luz era la luna. Por suerte, esa noche brillaba como nunca antes la había visto. A lo lejos, vio una figura difusa. La adrenalina del miedo aceleró su corazón. Quería salir corriendo, pero sus piernas no respondían. Dejó de caminar, y solo rogó que quien fuese el que se acercaba, no fuera la sacerdotisa acechándolo una vez más para llevar a cabo su venganza. Rezaba con que se tratara de un hombre muy delgado y femenino, pero cuando esta persona se acercaba más y más, era evidente que se trataba de una mujer. Marcos cerró sus ojos y esperó a su Verduga. Sintió un delicioso perfume a jazmín, un aroma que no era perteneciente a ella. La sacerdotisa olía más bien a flor de limón. Marcos abrió sus ojos y frente a él había una mujer desconocida. Su nombre era Roció.
_” Hola.”, fue todo lo que necesito para enamorar a Marcos.
Era por lo menos diez años más joven que el. Era una persona agradable, una de esas que todo el mundo quiere. También era una de las mujeres más bonita del pueblo. Se había mudado hacía ya algunos años inmediatamente después de  casarse, pero tristemente su matrimonio no duró mucho. Su amado esposo murió unas semanas antes del primer aniversario de casados. Fue en una tarde de lluvia en la que había salido a andar a caballo. Todo marchaba bien, hasta que el cielo se volvió violento y escupió un rayo que cayó en seco al suelo. El caballo se asustó, y el pobre infeliz cayó directo a una roca que partió su cabeza. Rocío no pudo irse del lugar, pues allí estaban todos sus sueños e ilusiones que había construido con su marido. Decidió quedarse y ser lo más feliz posible. No había vuelto a enamorarse hasta que conoció a Marcos.
Pasaron meses y ambos estaban viviendo al máximo su relación. Eran como dos niños. Solo había lugar para la felicidad. Marcos no volvió a soñar con la sacerdotisa, y los grillos solo cantaban en las noches de verano. Renunció a su trabajo y restauró la casa de su abuela. Llevó a vivir a Rocío con él. Un año después se casaron, y nueve meses después nacía su primera hija; Jazmín.
El tiempo siguió corriendo. Todo era color de rosa. Como nada malo le había vuelto a pasar, olvidó lo que había ocurrido en Buenos Aires. Pensó que mientras se mantuviera allí, estaría a salvo y feliz. La sacerdotisa no lo encontraría y la causa de su muerte seria la vejez. Nunca le habló a Rocío nada relacionado a la familia china, ni de la bruja, ni de los grillos, ni mucho menos de la doncella.
Jazmín iba a cumplir ya 10 años. Su hija merecía un regalo especial. Fue a la capital en busca de algo extraordinario para regalarle. Estaba sentado en un bar bebiendo café descansando de una larga mañana de compras. Una joven asiática de unos 20 años se sentó en su mesa. Marcos se mostró confundido.
_”Estoy felizmente casado. No me interesan las prostitutas”, fue lo primero que se le ocurrió decir.
La mujer se sonrió, y ante el insulto respondió con un escupitajo en la taza de café.
_” No soy ninguna prostituta, maldito viejo. Volví de China para avisarte que soy la última de mi familia. Ninguno pudo escapar. Yo tampoco voy a poder. La última vez que te vi, yo tenía más o menos 9 o 10 años. Sufrí mucho desde entonces, mientras que vos estabas acá siendo feliz. Quiero que sepas que vas a pagar por todo lo que nos hiciste. La venganza te va a alcanzar. No creas que te escapaste.” La chica se levantó y caminó directo a la puerta. Marcos salió detrás de ella. La agarró fuerte del brazo.
_” ¿Por qué me decís esto? ¡Vos sos esa nena del mercado! ¿Cómo me encontraste? ¿Por qué viniste a avisarme?”.
La asiática contestó:
_” Porque se que va a ser una tortura esperar tu muerte. Yo puedo morir esta noche, o la siguiente, o la que le sigue. No lo se. Solo se que no falta mucho, y que después de que muera nuestra guardiana va ir tras tu cuello. Yo que vos organizo mi velorio.”
Marcos no volvió a su casa esa noche. Se quedó en la capital hospedado en un hotel. Le dijo a Rocío que iba a quedarse unos días más hasta encontrar el regalo ideal. Estaba aturdido. No sabía que pensar, ni que hacer. Creyó que todo eso había quedado atrás. Pero allí estaba esa mujer. Ella pudo encontrarlo, y el espíritu también lo haría. Pronto volvería a acosarlo.
Al día siguiente tomó un micro a Buenos Aires. Su familia no sabía nada de esa decisión tan repentina. Todavía guardaba la esperanza de escapar. Volvió a su antigua casa. Todo estaba tal cual lo había dejado. Volvió a su vieja empresa, a su vieja oficina. Muchas cosas habían cambiado. Se encontró con su ex socio. Le ofreció su puesto una vez más como señal de paz. Marcos aceptó gustoso. Esa tarde tomó un helado de dulce de leche. Espero a la noche y subió una prostituta a su auto. Tuvo relaciones con ella en su vieja cama. Extrañaba a Rocío y a Jazmín. Al día siguiente sería su cumpleaños y él todavía no tenía el regalo ideal. Dejó a la prostituta y salió a buscar alguna juguetería abierta.
La luna llena estaba en medio del firmamento. Hacía calor y los grillos cantaban como locos. Paró en una plaza y se tiró en el pasto mojado. Miró las estrellas hasta quedarse dormido. En su sueño apareció Rocío y su hija. Las veía tan hermosas y felices esperando ansiosas por él.
_” Ya es hora”, escuchó en su sueño. Era la joven china quien le hablaba. Tenía un camisón rosa largo hasta los pies cubierto de sangre en el pecho, y en su mano izquierda sostenía su corazón.
Marcos se despertó impactado. No se molesto en subir a su auto. Simplemente salió corriendo. Nadie lo perseguía. El solo corría. Se detuvo solo cuando el aire se le acabo. Cayó tendido al cemento de la vereda. Miró al cielo como despidiéndose. La sacerdotisa volvió a aparecer tan joven y bella como la última vez que la vio. Los chirridos empezaron a sonar. A un costado suyo, los fantasmas de la familia china miraban con atención. La última en unirse fue la chica. Marcos se tiró al suelo de rodillas. Pidió clemencia e incluso quiso hacer un trato.
_” Les ofrezco mi riqueza a cambio de mi vida. Luché por ella. Puse todo mi esfuerzo e hice muchos sacrificios para tenerla. ¡Por favor acepten mi oferta!”.
La familia china lo miro asombrada. La sacerdotisa supo bien cual era la respuesta. Accedió a su pedido y se desvaneció en el aire, y junto a ella los fantasmas.
Marcos volvió a su casa con un gran oso de peluche y un ramo de flores. Esperaba contarles que había recuperado su viejo trabajo y que quería llevarlas a vivir a Buenos Aires. Pero nada de eso ocurrió.
Cuando abrió la puerta descubrió el horroroso hecho. Su amada Rocío y su preciosa hija estaban muertas sobre el suelo. La causa de la muerte era lo más raro que los médicos habían visto. Al parecer a ambas les faltaba el corazón. Marcos supo enseguida que la mayor riqueza que tenía era su familia. Había luchado desde siempre por conseguir una, y entendió que cuando su abuela le pedía que hiciera grandes cosas, no se refería ni a la fama ni a la fortuna, se refería al amor que solo una verdadera familia podía darle.
Un mes después Marcos se suicidó.


                                                       Fin.

EL GRILLO(3ra parte)


Como lo imaginó, la familia estaba preparándose para partir. El tío de la niña observó que Marcos se acercaba y alertó a los demás de su presencia. Enseguida voltearon la vista hacia él. Se mantuvieron en absoluto silencio. Marcos los invadió de preguntas.
_” ¿Es por aquella chica?, ¿la de pelo negro?, ¿huyen de ella?, ¿Por qué me está acosando?, ¿fue ella quien asesinó al abuelo?”.
El nuevo más viejo lo encaró con intenciones de golpearlo.
_” ¡No fue ella!”, gritó descontrolado, “¡todo es tu culpa!”.
_” Lo mismo dijo ella. Pero no creo merecer su castigo ¡No hice nada!
¡Está arruinando mi vida!”.
_” Si es ella la que te sigue, pero no es la culpable de nuestra muerte; si no vos”, intercedió una mujer, una de las más jóvenes y quien aparentaba manejar mejor el idioma.
_” ¿Que fue lo que hice?”, cuestionó nuevamente Marcos.
La joven primero miro a su familia como esperando la autorización de ellos para poder hablar. Aparentemente se la cedieron, pues unos segundos después comenzó a narrar la explicación de porque sucedía lo que sucedía y  porque iba a pasar lo que pronto pasaría.
_” Hace unos siglos atrás, en nuestra China natal, vivía nuestro ancestro de nombre Liu en un pequeño pueblo. Estaba casado con una joven de quince años, quien era la hija de un comerciante con mucho poder. Era el que llevaba las riendas del lugar y al morir dejo todo a su yerno: sus tierras, su hija, sus riquezas y sus responsabilidades también. Todo marchaba bien, hasta que un día llego al pueblo una extraña mujer de cabello dorado como los anillos de oro que usaba Liu. Al principio no molestaba a nadie. Se instaló a orillas del río, lejos de la gente. Era una exótica ermitaña que solo despertaba intriga. La armonía no duró mucho entre ella y los pueblerinos. Pues al poco tiempo de su llegada extrañas cosas sucedían. Niñas se perdían al buscar agua en el río y luego aparecían flotando con una herida en el pecho y sin sus corazones. En todas ellas se encontraban marcas de dientes. Era esto justamente lo que los hizo creer que tal vez era algún animal salvaje, pero la teoría desapareció cuando un testigo inoportuno acuso  a la joven dorada de ser bruja. Dijo haberla visto en medio del bosque comiendo carne cruda. No lo supo enseguida, pero lo que en realidad comía eran corazones. Razonó que pertenecían a las niñas degolladas. La oyó hablar en un idioma desconocido. Nunca había oído palabras tan raras. Estaba seguro que eran conjuros o maleficios. Nada bueno podía venir de una bruja. El pánico se había instalado. Acudieron a Liu para que les diera una solución. Cuando escuchó la historia quedó horrorizado. Las muertes no podían seguir ocurriendo. Había que poner un alto a toda esa locura. Su mejor idea fue atrapar a la bruja y hacerla confesar su crimen. Esa misma noche los hombres fueron a su choza y la llevaron arrastrando de los cabellos hacia la casa de Liu. Allí la hicieron reconocer sus delitos a golpes y a patadas hasta dejarla desfigurada. El pueblo encendido por el odio la siguió torturando. Decidieron que debían darle fin a la servidora del Diablo. Pusieron en manos de Liu una navaja. Sin que nadie le dijera nada, él ya sabia lo que querían. Sin vacilar rasgo la ropa ensangrentada de la joven y clavo el puñal en medio de su pecho, luego le arrancó el corazón y lo cubrió de fuego. La bruja ya estaba muerta. Ninguna niña más moriría a merced de ella. Curiosamente las muertes siguieron pasando. Resulto ser que el culpable en realidad era un hombre de cincuenta años que vivía en el mismo pueblo. Disfrutaba de la carne virgen y luego de darse el gusto les arrancaba el corazón como un souvenir. Obviamente el final para el no fue mejor que el de la supuesta bruja. Pero las muertes no acabaron ahí. Ya no eran solo niñas. Ahora eran hombres, mujeres, ancianos, todos los que estuvieron envueltos en la masacre de la joven. Según los rumores, recibían una visita de ella en sus sueños y a las pocas horas morían. El corazón se les detenía, una punzante sensación se les apropiaba, un agonizante dolor los torturaba por largo tiempo y finalmente, la muerte. Curiosamente, el corazón desaparecía de sus cuerpos. Era la venganza. El fantasma de la joven había regresado. No pararía hasta destruir a todo aquel que la hubiese hecho sufrir. Ya pocos quedaban. Liu no esperó a ser el próximo. Tomó cuanto dinero pudo y acudió a una sacerdotisa a la que le atribuían poderes divinos. Ella era la única que podía salvarlo. Era una mujer muy joven, de unos diecinueve años, de cabello negro y piel blanca. Tenía un rasgo único, algo distinto a las demás; sus manos estaban llenas de arrugas. Decían que se debía a los conjuros que utilizaba. La sacerdotisa accedió a ayudarlo. Prometió protegerlo a él y a toda su descendencia. Le entrego un grillo. Le dijo que mientras el animalito estuviera a salvo, él y los suyos también. El grillo era el símbolo que la representaba, y sería la unión entre Liu, la familia de Liu, y la doncella. La misma  noche que llegó a su casa recibió la visita de la joven dorada en sus sueños, pero no pudo hacerle daño, ni a él, ni a su esposa. La sacerdotisa entró en escena y se aseguró de que no pudiera dañarlos. No se rindió tan fácilmente. La bruja reapareció varias noches después, y en todas ellas fracasó. La sacerdotisa siempre los salvaba. La última vez que se mostró, fue la noche en que nació el primer hijo de Liu. Amenazó con vengarse con cualquiera que tuviera relación con él, no importaba cuanto tiempo le llevara,  tarde o temprano llevaría a cabo su venganza. Liu no se preocupó, pues sabía que mientras su familia tuviera al grillo en su poder estarían bien. La sacerdotisa los protegería como le había prometido. Así fue hasta hace poco, cuando el grillo murió aplastado por un sujeto imprudente. Ahora tanto la joven dorada como nuestra protectora están furiosas deseosas de venganza. El primero  fue el abuelo, no tardará mucho en que ya no quede ninguno de nosotros y cuando eso pase, no dudes que la sacerdotisa se cobrara con tu vida, pues es tu culpa que no pueda seguir protegiéndonos.”
Con esas palabras, la familia terminó de empacar sus cosas. Se subieron a un camión y se fueron.
_” Si hemos de morir, lo haremos en nuestro hogar. No podemos huir y usted tampoco lo hará. Lo acechará hasta la muerte.”, fue la frase de despedida.
Marcos quedo atónito. Lo que había oído era irreal. No podía ser cierto. Pero tampoco lo era lo que le había ocurrido en el último tiempo. No le quedo otra más que creer en la historia. La sacerdotisa no tardaría en volver a aparecer. La idea lo escandalizó. Lo primero que se le ocurrió fue tomar un avión a cualquier parte del mundo, pero luego pensó en eso de morir en su hogar.
Su hogar verdadero no era aquella casa inmensamente lujosa. Su hogar verdadero estaba a unos cuantos kilómetros de distancia de la provincia de Buenos Aires. Estaba en Corrientes, Pucheta. Un lugar adorable donde vivió su infancia entera y buena parte de su adolescencia. Sintió deseos de volver. Allí guardaba sus más valiosos recuerdos de vida. Al día siguiente después de otro sueño molesto, llamó a la oficina anunciando que su ausencia sería más prolongada de lo esperado, y que se iría a arreglar unos asuntos personales. Unas horas después se encontraba en la vieja casa de su abuela, donde había crecido. Dio una vuelta para ver si se encontraba con algún viejo amigo. Descubrió que solo uno aun seguía allí, el negro José, quien ahora tenía cinco hijos y una no tan adorable esposa. Parecía más una leona que una mujer. Aquella noche se quedó a comer. Por primera vez desde el accidente con la familia china, se sintió seguro. Pensó que tal vez la joven no lo encontraría  y que finalmente estaría tranquilo. Pensó que tal vez la solución era mudarse allí definitivamente y no volver nunca más. Después de todo, él ya había cumplido con su promesa. Ya había hecho grandes cosas como su abuela quiso que hiciera. Ahora debía asegurarse de seguir vivo unos años más, los suficientes para casarse y tener hijos, lo único que no había hecho. La idea siempre le había rondado en la cabeza, pero nunca llegaba el momento indicado. Unas de sus frases favoritas era buscarle el lado positivo a las cosas. Esta ocasión no debería de ser distinta. Algo bueno tenía que tener. Tal vez esta situación le permitiese concretar esa deuda pendiente, la de tener una familia. Esa noche caminó hasta su casa pensando en eso.

EL GRILLO (2da parte)


Esa misma noche, después de leer su libro favorito, se acostó en su cama y tuvo un sueño realmente macabro.
 En su sueño estaba perdido en un camino de arena desierto. No había nada ni nadie. Sentía su boca sedienta y sus labios secos, pero el sudor de su frente era toda el agua que tenía. Caminó sin rumbo por horas. El sol le pinchaba la nuca. Parecía inmutable hasta que repentinamente cayó la noche. Ya no hacia calor. El frío lo invadió. Una casa de papel apareció de la nada como por arte de magia, y en ella una mujer misteriosa, con el cabello enredado de color negro carbón. Sus manos se veían arrugadas como las de una vieja, pero su rostro era la de una joven de no más de 18 años. Se ocultaba tras una fina cortina color rosada en el umbral de la puerta. Marcos se acercó a ella. Miró fijo hacia sus ojos a través de la tela. Sintió el impulso de besarla, así que la tomó en sus brazos y cuando tenía sus labios cerca de los de ella, la muchacha desapareció como humo en sus manos. Reapareció a unos metros de distancia como burlándose de él. Luego se le acercó como un rayo de luz al oído y le dijo que la maldición ahora le pertenecía. Al terminar de pronunciar esas palabras, soltó una carcajada e inmediatamente del cielo oscuro comenzaron a caer grillos. Al principio parecía ser algo inofensivo, pero luego iban cayendo cada vez más y más, hasta cubrirlo por completo.  Marcos hundido en ellos, ni siquiera era capaz de gritar. Ya no podía respirar, ni moverse. Habían logrado entrar a su organismo. Estaban dentro de su boca, de su estómago, y de sus pulmones también. Lo único que podía hacer era oír el canto imparable de los insectos que parecían cantar en aumento hasta casi ensordecerlo. Cuando parecía que el sueño se iba a poner aún peor, Marcos despertó.
Había sido lo más extraño e inquietante que había soñado en su vida. Intentó volver a dormir. No pudo hacerlo, porque al apoyar su cabeza en la almohada, un grillo comenzó a chillar. Esa noche no durmió.
Al día siguiente Marcos fue a su trabajo. Le esperaba una larga jornada de labor estresante. Tenía una reunión en la que debía convencer a unos inversores a formar parte de la compañía aportando su dinero. El si de estos sujetos era realmente importante. El edificio entero esperaba su llegada. No había quien no supiese lo que significaba esa reunión.
La hora había llegado. Hasta antes de ese momento todo había marchado bien. Nada lo aturdía, ni siquiera ese sueño que parecía haberse borrado de su memoria. Ya estaban todos en la sala de reunión. Marcos era el orador, como siempre. Los inversores entraron por la puerta y fueron recibidos por la calurosa sonrisa blanca de Marcos. Una vez acomodados y de una breve charla informal, el encuentro dio inicio. Los primeros minutos marcharon más que bien. Con pocas palabras  se veían convencidos. Marcos se sentía seguro y complacido. Daba por asumido su triunfo, pero cuando a lo lejos escucho un sonido débil que se le hacia familiar, ya no opinaba igual. Comenzó a tartamudear. Las palabras se le mezclaban. Los nervios se le notaban en su cara de espanto. El sonido se hacia cada vez más fuerte. Miraba por todos lados buscando de donde provenían. Parecía asustado, y de hecho lo estaba. Cuando ya no pudo soportarlo, dejo de intentar disimular y salio corriendo revolviendo todo en la habitación. Gritaba, _” ¡¿Dónde están los grillos?!”. Solo él los escuchaba. Sentía como los insectos lo acosaban, esperando el momento oportuno para lanzarse sobre él para intentar ahogarlo. En su desesperación por salvarse, corrió hacia la ventana. Estuvo a punto de tirarse, pero uno de los empleados lo detuvo a tiempo. Por supuesto, Marcos tomo conciencia de su locura cuando lo llevaron a la clínica. Estuvo hospitalizado unos días. Los médicos explicaron que se trató de un simple ataque de nervios. Colapsó después de varios días de estrés. Los inversores lograron entender lo sucedido y accedieron a otra reunión con la condición de que Marcos no estuviera en ella. No querían otro episodio similar.
Marcos  se conformó con la explicación de los doctores. Decidió tomarse unas vacaciones después de salir de la clínica para recuperarse de su fracaso en la reunión.
La primera noche en su casa creyó que sería tranquila. Al salir la luna, Marcos se recostó en su sillón de leer. No estaba dormido. Solo tenía los ojos cerrados. Aún no había tomado el calmante que había comprado en una farmacia de camino a casa. Indudablemente estaba más relajado.
_“Nada malo sucederá”, se dijo a si mismo.
 La luna se puso en el centro del cielo. El viento comenzó a soplar. Las cortinas se movían al compás del silbido de la brisa que entraba por la ventana. Sin que Marcos lo viera, apareció una imagen tenue de una chica, la misma con la que había soñado anteriormente. Casi parecía un espejismo, pero se volvía cada vez más nítida y concreta. Se acercó hasta Marcos. Quedó parada justo frente a él. Lo miró enojada, llena de rabia y dolor. Habrá sido una lágrima proveniente de ella la que alertó a Marcos de su presencia. Al verla, literalmente se cayó de espaldas con sillón incluido.
La joven le gritó apuntadole con el dedo índice en un idioma que tal vez sería el chino. Luego volvió a gritarle en nuestra propia lengua.
_” ¡Es tu culpa!”, exclamó, “¡Es tu culpa!”, volvió a repetir.
_” ¿Mi culpa?, ¿Qué es lo que hice?, ¿Es por tu causa todo lo que me ha sucedido? ¿Cuál es fue mi error para merecer tanto odio?”.
_” Ya es tarde. Acaba de morir el primero. Solo faltan nueve. Van a caer todos y cada uno de ellos”.
Se oyeron nuevamente chirridos. Ya no era un sueño. La pesadilla se concretaba. Los insectos aparecían por doquier. Marcos aterrorizado salió huyendo de la habitación. Lo persiguieron por toda la casa hasta hacerlo salir a la calle. Corrió sin detenerse ni un segundo y sin mirar atrás. Oía el ruido incesante de aquellos bichos diabólicos. Algunos habían logrado subírsele encima e inexplicablemente sentía como querían perforarle la piel, como si tuviesen garras o dientes. Todo sobrepasaba lo lógico. Corrió sin saber hacia donde iba. En su mente solo cabía una idea; huir tanto como pudiera. A lo lejos vio un patrullero. Se dirigió a este con la esperanza de conseguir ayuda, pero al golpear la ventanilla del vehículo los grillos habían desaparecido. La policía lo ignoro. No estaba interesada en escuchar historias de un loco en pijamas. Se concentraba más en el crimen que acaba de ocurrir segundos antes de que Marcos llegara al sitio.
No había notado, hasta que levantó la vista, que se encontraba justo enfrente del supermercado chino. La gente del barrio se había amontonado como moscas a un pedazo con dulce. Por un momento se olvidó de los grillos. La curiosidad fue más fuerte que el temor. Una de las señoras que se encontraba allí le contó que habían hallado muerto al más viejo de los chinos; el abuelo. Comentaba también, que al pobre infeliz le faltaba el corazón, pero que no había señal de herida o de sangre. Todo era muy misterioso. No tenia sentido que alguien le faltara cualquier órgano del cuerpo sin que lo hayan abierto primero para sacarlo. La otra cosa llamativa era que el músculo no aparecía por ningún lado; como si nunca lo hubiese tenido.
 _“¡Brujería!”.
_” ¡Macumba!”, gritaron unos cuantos.
 La familia solo se limitó a encerrarse en el local luego de que se llevaran el cadáver.
Marcos regresó a su casa con la ilusión de no hallar nada fuera de lo común. En efecto, así ocurrió. El resto de la noche durmió lleno de ideas en su cabeza. Buscaba una respuesta y ya sabía en donde hallarla. Al amanecer, despertó y espero inquieto. Al llegar la hora fue directo al sitio donde había comenzado todo; el super chino.

EL GRILLO

LES PRESENTÓ UNO DE MIS CUENTOS...CONFIO EN QUE NADIE ME LO VA A ROBAR, Y SI LO HACE, POR FAVOR, QUE TODO EL MUNDO LO LEA! NO SOY EGOISTA, COMPARTO MI TALENTO(EL POCO QUE TENGO, Y SI ALGUIEN GANA ALGO, BIEN POR ÉL O ELLA. A MI NO ME IMPORTA. NO QUIERO FAMA NI FORTUNA. QUIERO QUE MIS PALABRAS VUELEN Y LLEGUEN AL OIDO Y OJOS DE TODO).
ACA...LA PRIMERA PARTE:


  EL GRILLO:
  

Siendo muy pequeño se quedó sin padres. La única familia que tenía era su querida abuela, una mujer debilitada por los años, quien aguantó todo lo que pudo hasta el cumpleaños número veinte de su nieto. Sus últimas palabras fueron “espero grandes cosas de vos”. Desde entonces se dedicó a hacer realidad las expectativas de la anciana.
Trabajó y estudió sin parar durante años. Su vida fue una lucha tras otra. En el camino perdió más de lo que ganó; amigos, amores y juventud. Poco parecía afectarlo. Todo sacrificio era válido para llegar a su meta.
Consiguió un trabajo en una empresa multinacional. Empezó como cadete y terminó como mano derecha del dueño de la compañía. Más de uno lo admiraba. Era reconocido en más de un continente. Aparecía en diarios, revistas y también en televisión. Los billetes le caían del cielo, y como si eso no alcanzara, debo destacar que era un sujeto carismático. Sabía muy bien como venderse. Pienso que tal vez era ayudado por sus adorables ojos cafés. Eran su mejor arma de seducción.  Estaban llenos de sueños y esperanzas. Era un eterno soñador. Los años eran solo números, pues tenía el espíritu de un adolescente. Muchas mujeres de todas las edades se sentían atraídas por él.
El hombre lo tenía todo. Hasta que ocurrió lo que ocurrió, ¿Quién diría que un simple grillito lo arruinaría todo?
En fin, su nombre era Marcos Monzón. Estaba en sus cuarenta. Vivía en una casa no tan pequeña cerca de un supermercado chino. Su casa era de las más bellas del barrio, tanto por dentro como por fuera. Tenía el techo cubierto con tejas color rojo bermellón, una increíble terraza en su cuarto, una pileta extremadamente amplia y profunda, rosas de todos colores, árboles de cerezo y un garage en donde cabían cuatro autos. Debo disculparme. Lo que dije es mentira. Mentí. Indudablemente lo hice ¡Oh, que gran mentirosa! Marcos no vivía en una casa. Por supuesto que no lo hacía. No existen casas así ¡Él vivía en una mansión maldita sea! El sujeto tenía tanto dinero que se daba todos los gustos. Su casa, por ejemplo. Si les pareció increíble los que les conté, no creerán el lujo que la casa, (perdón, mansión), guardaba en sus blancas paredes. Escaleras de algarrobo lustradas religiosamente cada mañana, muebles de la más fina calidad, recuerdos y obsequios provenientes de casi todo el mundo.
La historia comienza cuando Marcos iba de camino a su casa en uno de sus elegantes autos. Decidió hacer una pequeña parada en el super chino. Tenía el antojo de comer chocolate. Bajó del auto, compró la golosina y cuando estaba cerca de salir, la pequeña hija de los dueños le bloqueó el camino. La niña le sonreía con sus diminutos dientes blancos y sus ojos estirados. Extendió su manito como indicándole que haga lo mismo. Marcos cedió, pues pensó que era un inocente juego de niños de no más de dos minutos. Luego le pidió que cerrara los ojos, y Marcos nuevamente obedeció. Cuando abrió sus ojos encontró un “horrible” grillo en la palma de su mano. Se asustó tanto que tiró el bicho al suelo y luego lo pisó. El pobre insecto quedó aplastado. Inmediatamente la niña comenzó a llorar. Consecutivamente apareció el tío, un chino con cara de mafioso y diez veces más alto que Marcos. La tomó en sus brazos y la consoló en su idioma. El tío se puso eufórico. Hechó a Marcos del local y no fue necesario decirle que no debía volver. Le resultó mucho escándalo por un feo bicho. Marcos decidió no pensar en eso. Fue solo una situación extraña. Después de todo, ya no tendría que volver a ver a la bulliciosa niña y su loco tío, (o al menos eso pensaba).

jueves, 10 de mayo de 2012

OTOÑO

                                                              

 No hay paisaje más triste que el del otoño instalado en el corazón...

     



        ¿Alguna vez les paso sentir que todo adentro de uno está muerto? Los sueños, las esperanzas, el amor...TODO. Sea el motivo por el que sea, todo lo sentimos muerto. Nos creemos incapaces de volver a sentir o de soñar porque nada vale la pena. Pensamos, "¿para qué esforzarse?". Es como estar secos, huecos. Nos sentimos como un árbol sin hojas, como una flor marchita. Como si nada lindo pudiera salir o pasar. Sin embargo, yo les digo, NO ESTÁ TODO MUERTO.
         Es como el otoño. Vas caminando una tarde cualquiera a tu casa, miras a tu alrededor, y ves los arboles tan amargados y vacios, miras el cielo y lo ves opaco, miras el suelo y se tiño de amarillo y bordo, miras la gente y las ves abrigadas y calladas. El otoño es una estación deprimente. Todo parece haber muerto. Pero en realidad, solo está dormido. Es una estación que aunque no se vea, guarda grandes cambios. En esas hojas envejecidas, también hay belleza. Todo pasa en silencio, casi en secreto e invisible a los ojos. Cuando menos lo imaginamos, el cambio ya pasó. El otoño es un sueño largo hasta que llega la primavera. Piensen...

         

      HOY SOY OTOÑO, PRONTO SERÉ PRIMAVERA.

 

           Para ser primavera, primero hay que ser otoño. No queda otra. Todo cambio requiere superar etapas. Nada es para siempre. Todo tiene un final, y demás frases trilladas.
          Sufrir el frio, las hojas caídas, las ramas debilitadas, todo eso tiene recompensa cuando llega la primavera y todo rejuvenece y nace. Los colores cambian, la gente cambia, hasta el cielo cambia. Si en otoño todo hubiese muerto como aparenta, la primavera no llegaria nunca. Y sin embargo, cada 21 de septiembre se hace presente. Es lo mismo con nosotros. Seamos otoño un tiempo, total, sabemos dentro nuestro, que volveremos a ser primavera,y después verano. ;)

sábado, 21 de abril de 2012

madurar

           Los últimos días el tema de la madurez ha sido protagonista en mi vida... Gente que me consideraba tierna y dulce, me acuso de inmadura. Y me di cuenta que tal vez tenga razón. Nunca me destaque por mi seriedad, aunque hayan muchos que no lo crean. ( Hay opiniones tan opuestas sobre mi persona. Hay quienes que no me creen capaz de reír, y hay otros que saben que reír es lo que más hago en el día, incluso, los días que estoy enojada o triste.)
         Cuando me dijo _"¡Tenes 20 y pico de años! ¡Madura loco!", al principio me enoje. Estalle en rabia. Tenía ganas de estrangularlo. ¿Con qué derecho venia a acusarme de inmadura? ¿Qué autoridad tenía, si él es el menos indicado para hacerlo? Pero cuando la bronca se esfumo, me detuve a pensar. Mi reflexión fue larga, y casi, reveladora. Descubrí que es cierto. Yo me creía adulta, toda una mujer hecha y derecha, me creía que la tenía re clara, pero desde hace dos meses, me vienen pasando cosas que no esperaba y que cambiaron el concepto de mi misma y de la vida... Entraron a mi vida temas que antes no eran protagonistas reales, por ejemplo el amor, el sexo, el futuro. Digamos que previo a todo lo que estoy viviendo, no fueron más que ensayos, hojas borradores. Recién ahora estoy escribiendo en tinta...

         Ahora viene a mi mente la pregunta "¿Qué es madurar?". Lo sé. Me la paso haciendo preguntas. Mi blog parece un cuestionario, o una guía de preguntas de esas que te dan en el colegio. Pero preguntando salen ideas, reflexiones, soluciones, y algunas respuestas. Lo normal, es quedarme sin respuestas. Suelo quedarme solo con la reflexión. Tal vez quienes lean mi blog les sirvan mis ideas.( Si es que alguien lo lee).

        Madurar es... No sé que es madurar. Hay gente que piensa que madurar es dejar de ver dibujitos, y empezar a ver el noticiero, tomar café, en vez de chocolate con leche, hacer un pete, en vez de dibujar corazones para demostrar amor al chico que se quiere, dejar de jugar a la escondida, (dejar de jugar a cualquier cosa que se considere infantil), para quedarse quietita en un sillón o en una silla... Para mi madurar, no es renunciar a lo infantil... AMO VER DIBUJITOS. AMO EL CHOCOLATE CON LECHE. AMO DIBUJAR Y REGALAR CORAZONES. AMO JUGAR COMO CUANDO ERA CHICA. AMO TODO LO QUE ME HACE INFANTIL. No acepto tener a mi niña interior en mi interior. Me gusta dejarla andar libre por ahí, y seguramente si me conocen, conocen este lado de mi.


         Para mi madurar, ES ACEPTAR Y ASUMIR LAS CONSECUENCIAS DE NUESTROS ERRORES SIN AGACHAR LA CABEZA Y PEDIR PERDÓN SI ES NECESARIO. MADURAR ES DARSE CUENTA QUE HAY SUEÑOS QUE NO SE VAN A CUMPLIR (pero que igual podemos seguir soñando).MADURAR NO ES RENUNCIAR, ES INCORPORAR, ES RECONOCER Y ACTUAR, ES TOMAR DECISIONES. MADURAR ES CRECER Y ES APRENDER.
        Tengo 21 años,y soy capaz de reconocer que me equivoco, que tengo que crecer porque hay cosas que todavía no se manejar, pero que voy en camino a lograrlo. Se que suelo inmadura. Tomo mala decisiones, y cada tanto, cuando me asusto, suelo huir. Ya no es tan seguido como antes. Cada vez tengo más valor para enfrentarme a las cosas (y a las personas también). Aprendí que la mayoría de los problemas se resuelven hablando, y no con berrinches (aunque cada tanto se me escapa alguno). No soy madura. Algún día lo seré. Estoy aprendiendo a serlo...





jueves, 29 de marzo de 2012

AMOR Y SEXO

         En una pareja, el sexo es importante porque es una manera de conectarse con el otro. Cuando los cuerpos de uno y del otro no logran esa conexión, es que el amor no existe, y que el sexo, es solo sexo. Una manera más brusca y sencilla de expresarlo, es diciendo que se está cogiendo por coger, y que el único sentimiento presente es la calentura. No juzgo a quien lo hace, a quien busca solo eso. Yo también lo hice alguna vez, así que no puedo condenar a nadie.


         Cuando uno ama, no tiene sexo, hace el amor. Allí la gran diferencia.

        TENER SEXO ES que uno se suba encima del otro y haga movimientos con el cuerpo para LLEGAR AL ORGASMO. Hacer el amor, en cambio, es que los cuerpos se acaricien, que los labios se encuentren, que el mundo y el tiempo se detenga, y que solo sean vos y él. Es estar juntos, sin nadie más alrededor, es olvidarse del dolor, de la amargura, de la soledad, es más que solo el placer de la carne, es unirse y soñar juntos, es contemplar la desnudez, los pequeños detalles que en la rutina no se ve... HACER EL AMOR ES METER EL CORAZÓN EN LA CAMA, ES MOSTRAR EL ALMA...



        Amar a alguien es un sentimiento muy fuerte que supera los deseos materiales y sexuales. El sexo no es protagonista en el amor, el corazón lo es. Hoy el carnicero del mercado donde trabajo dijo "en una pareja, el sexo ocupa solo el 20% de la relación, porque el sexo no lo es todo. Es muy importante los gestos, los mimos, los te quiero. Regalale aunque sea un yuyo del jardín del vecino. Eso cuenta, y mucho, porque así se expresa el amor". No sabia que un carnicero podía ser tan profundo y sincero al hablar de su pareja. Es increíble que después de once años de matrimonio, el chavon sigue amando a su mujer y crea con certeza que el sexo no lo es todo. Pienso que eso es amor. En sus palabras, medias toscas, (porque no lo dijo así tal cual yo lo escribí), estaba oculto amor. ¡Qué ganas de enamorarme! ¡Qué ganas de amar y ser amada!

lunes, 26 de marzo de 2012

MI MAMÁ

          Mi mamá es única. Se que todos creen que la suya es inigualable, pero les juro, la mía es única. Mamá no habla, grita. Mamá no dice "te quiero", dice "pendej@ de mierda". Mamá no acaricia, mamá pega Mamá no escucha, mamá ignora. Mamá no cocina, mamá hierve agua para un mate cocido...
        Mamá es así casi todos los días. Desde que se levanta hasta que se acuesta mantiene su mismo mal humor. A veces creo que nos odia, y probablemente sea así. Mis hermanos menores tienen suerte. Antes era peor. Si les contara toda las cosas que nos hacia a mi, a Leo y a Javi, no me creerían.
       No hay solo día de felicidad en mi infancia y muy pocos en mi adolescencia. La mayor parte del tiempo me la pasaba llorando, o acostada en mi casa pensando porqué mi mamá no me quería. Nos pegaba con el cinto, la ojota, el palo del escobillon, varitas de los arboles, plantas de ortiga, zapatillas, cuchillo de cocina, cualquier cosa que tuviera a mano, pero por lo general, le gustaba pegarnos con el cinto y la varita del árbol. Buscaba siempre una con la punta más finita para que nos picara más cuando nos pegara. Una vez le partió una tabla de la cama en la cabeza de Leo. Otra vuelta, me arrastro de los pelos desde el patio de casa hasta la pieza de mi abuela para pegarme y patearme, (por si no la saben, cuando era chica, hasta hace dos o tres años atrás, tenía el pelo largo hasta por debajo de la cola.Creo que le gustaba que lo tuviera así porque cada vez que quería pegarme y yo quería escapar, me agarra de un mechón y me arrastraba hasta ella). Una vez, puso una araña grande y peluda en un frasco de mermelada con agujeritos, y cada vez que ella consideraba que nos portábamos mal, como reírnos o jugar a la pelota a la hora de la siesta o querer ir a la casa de los vecinos de enfrente, nos amenazaba con sacarla del frasco y dejar que nos picara, para que muriéramos envenenados. En otra ocasión, nos puso un diente de ajo en la cola. Si, no les miento. Nos puso en fila a los tres, y de a uno nos hizo pasar a la pieza. Ahí, con ayuda de la abuela, nos abría los cachetes de la cola y nos ponía un diente de ajo. Se imaginaran el dolor y el ardor. Nos prohibía ir al baño para no sacarlo. Andábamos horas dando vueltas, sin poder caminar demasiado por el obvio dolor que sentíamos. Tal vez Leo y Javi no se acuerdan de eso, porque eran muy chicos, pero yo me acuerdo de muchas cosas. Lo del diente de ajo, lo hacia supuestamente porque teníamos parásitos, y esa era "la única forma de matarlos". Mi mamá es una persona instruida, con una muy buena formación intelectual. No es ninguna ignorante para creerse semejante cuento. Por si no lo saben, ella es maestra, luego de recibirse, hizo dos años de carrera de kinesiologia, y tiene conocimientos de ingles. En conclusión, tiene, y en ese momento también, las herramientas necesarias, para saber que existen otros métodos para matar los posibles parásitos. No entiendo porque nos sometió a semejante tortura. Locura de mi madre, supongo.
            Gracias a Dios, esas cosas ya no las hace. Está más tranquila, y mis hermanos menores, no sufren, los que nosotros los mayores, sufrimos teniendo la edad de ellos. Tantos recuerdos se me vienen a la mente, como cuando nos bañaba y nos cepillaba las rodillas con el cepillo de lavar la ropa y lavandina para que quedáramos más limpios, o cuando una o dos veces nos amenazó con tirarnos agua hervida, o cuando nos encerraba en la pieza para darnos una paliza.

 Mamá es así de especial. Yo la quiero igual, y de ella voy a aprender. Cuando tenga mis hijos, voy hacer todo lo contrario a ella. Voy a ser cariñosa, a decirles que los quiero todos los días, escucharlos, y hablarles, en vez de gritarles o insultarlos. No se que pasará por su cabeza, ni qué sentirá. Algo la lleva ser así. Nadie es como es porque se le antojo serlo. Somos producto de la vida, de la gente, del pasado, del presente, básicamente de todo lo que tenemos... Como ya les dije, yo quiero a mi mamá, loca y violenta. También perdono sus errores, y se que en alguna parte suya guarda el amor que puede brindarnos...

         

domingo, 25 de marzo de 2012

sola

               Hay días en los que me siento realmente sola. Me canso de andar, caminar y diambular sola. No entiendo porqué siempre me pasa eso, si supuestamente tengo gente que puede acompañarme. Tengo amigos, familia, y un intento de pareja.
               Ayer necesitaba desesperadamente que alguien me acompañara. Le pedi a mi hermana que me hiciera el favor. No quiso. Antes de eso, le mande un mensaje a mi amiga y jamás me contestó. Me enoje, me puse triste y finalmente lloré. En ese momento, vino Hector a abrazarme. Me besó en la mejilla y trato de consolarme. Quiso convecerme de que podía hacer otras cosas, como ir al cine, caminar, ver vidrieras. Todas actividades preciosas, pero ninguna era para hacer sola. En todas necesitaba a alguien, un compañero o compañera. Yo queria oirlo decir "yo voy con vos", pero nunca salieron esas palabras de su boca. Se que por más que quisiera, no puede hacer nada de eso conmigo. Lo tengo al lado mio,  y sin embargo, es como si no lo tuviera. Es horrible verlo todos los días, y sentir que lo extraño. Si la situación fuese distinta, si nos hubiesemos conocido hace cinco o seis años atrás, quizás su vida y la mia serían distintas. Hector no puede acompañarme nisiquiera a la parada del bondi. Triste realidad, pero realidad al fin. De él no puedo esperar nunca nada. Solo puedo oir sus palabras, y esperar con falsa esperanza de que algún día las va a cumplir.
                Merezco algo mejor, lo sé. él mismo me lo dijo. Pero no puedo evitar ilusionarme y esperar algo más de él. Aunque lo tenga, no lo tengo, y cada día me siento más sola. Cada mirada que me esquiva, cada beso que no me da, cada vez que dice "no puedo amor", la soledad se hace más presente, y más ganas me dan de estar con alguien más, de intentar enamorarme de alguien que no me lo prohiba. Quiero no sentirme sola. Odio estar sola...

sábado, 17 de marzo de 2012

NOVIO

          Hay muchas mujeres que buscan desesperadamente un novio. No les importa, quien, como o por qué. Ni si quieran se toman la molestia de pensar en que significa tener novio y en las condiciones que requieren cumplir para que el noviazgo sea éxitoso. Lo único que les importa es no estar sola. Creen que el amor va a surgir de la nada, y después, resulta ser que terminan heridas, traicionadas o engañadas. ¿Por qué creen que no las pasamos llorando por los hombres? ¿Acaso es porque son todos iguales, unos insensibles mentirosos?
          Yo creo que las que estamos mal, somos nosotras. Buscamos novio por el gusto de tener uno, casi como si fuese un adorno. Esperamos que el pobre chavon sea nuestro príncipe azul, y a lo mejor, el infeliz es de color verde o violeta o gris. Nos dejamos llevar por el deseo desenfrenado de enamorarnos, casarnos y ser felices por siempre. Les cuento, porque tal vez no lo sepan, se puede ser feliz estando sola. No me hago la superada, ni les voy a mentir. A mi también me gustaría enamorarme, tener hijos, ser feliz, no se si casarme, pero si encontrar al papá de mis hijos, alguien con quien compartir mi vida, que más que mi pareja, sea mi amigo, mi compañero incondicional. Pero no me engancho en cualquiera. Disfruto mi soledad, disfruto estar sola. Amo andar libre, sin ningún tipo de responsabilidad o compromiso con alguna persona. Soy una persona egoista, y me dejo llevar por mis caprichos y necesidades superfluas. Vuelo ligero a la par del viento. Por algo me gusta llamarme hija del viento, (entre tantos otros motivos).
         Algún día voy a poner los pies en la tierra por ese alguien especial. Ese alguien especial, no es el primero que se me cruce, no es con el que comparto la cama en un telo barato, no es con el que me beso a escondidas. Mi alguien especial anda dando vueltas por ahí, y llegará algún día. No hoy, no mañana, no se si el mes que viene, o este año, o el que le sigue, pero va a llegar. Tengo esa certeza aunque a veces dude. Otra cosa de la que estoy segura, es que no voy a ponerme nunca de novia porque si...
         Como dije más arriba, el noviazgo debe cumplir requisitos, el primero de ellos, el mutuo acuerdo de estar juntos, y con nadie más, el segundo y más importante, quererse, además de gustarse, el tercero ser amigos, antes que pareja, el cuarto no tener miedo a enamorarse, y por último poder proyectar un futuro, que el mañana no sea nunca "no sé".

NO AL DOLOR

            A la gente que uno quiere es a la que más paciencia tenemos que tenerles. Tenemos que acostumbrarnos a todas esas cosas que otros no soportarían. Por ejemplo, caras largas, malos gestos, palabras hirientes...cosas así que solo le perdonarías a alguien que queres. Si no, ¿qué sentido tiene quererlos? no podemos quedarnos solo con bueno. Cuando queremos a una persona, aceptamos esas cosas que nos encantan, y lo que no nos encanta tanto.
         Curiosamente, esa misma gente, es también la que más nos lastima. y algo más curioso todavía, (o más bien dicho loco), nos acostumbramos y perdonamos ser lastimados. Nos adaptamos al dolor, tanto, que se vuelve parte de la rutina. Los insultos, las agresiones, los malos tratos, las malas caras, todo eso se vuelva parte de lo normal. podríamos dejar todo, tirar todo al vacío y mejorar nuestras vidas, pero decidimos perdonar, y tener mucha más paciencia. justificamos todo diciendo "y bueno...es así y tengo que acostumbrarme".
       La realidad es que deberíamos aprender a tolerar ciertas cosas y dar todo de nosotros, pero no tenemos que acostumbrarnos. No tenemos que soportar que el dolor ni que el mal trato se vuelva parte de la rutina. No tenemos que acostumbrarnos a ser tratados mal. Todo tiene un limite. Podemos querer mucho a una persona, pero no justifica aceptar o perdonar todo. tenemos que aprender que podemos ser felices sin esas personas. Merecemos algo mejor.
       En cualquier tipo de ralación, el secreto para que funcione, es "yo doy todo y vos también". De nada sirve el sacrificio de una sola parte. Si lo amas, amate a vos también. Nunca dejes de hacerlo. Pensa en él, pero no te olvides de vos, ni de tu corazón. El esfuerzo y el sacrificio no valen si no hay quien lo valore. 


aceptemos lo bueno y lo malo, pero no 


aceptemos ser lastimados... 
Que el dolor no se vuelva parte de la rutina,

miércoles, 14 de marzo de 2012

NO TE ENAMORES

                     ¿Comó puede alguien pedirte que no te enamores? ¿Qué corno tiene en la cabeza, o mejor dicho, en el corazón? ¿Comó puede decirtelo así como si nada, como si te pidiera que no te comas una galletita o no rompas algo? ¿Acaso es tan fácil NO ENAMORARSE de alguien, que quizás ya te enamoraste?.
                      Si no quiere que me enamore, entonces que no haga lo que hace...
                       La gente cree que puede hacer y deshacer con uno a su antojo y capricho, como si fuese un juguete, como si no sintiera nada, como si fuese una especie de muñeca de trapo que solo sirve para divertirse un rato cuando no hay un juguete mejor.
                        La gente a mi alrededor se olvida que los gestos, las miradas y las palabras afectan quien soy y lo que siento. No soy un tronco hueco, no soy un iceberg, no soy una pared de cemento. Quisiera serlo. Quisiera no sentir. Quisiera liberarme del dolor, del amor, de la bronca, de todas esas cosas que me vuelven frágil y vulnerable, tan fácil de destruir y desmoronar. Soy tan débil como una mosca muerta, como una hoja seca, como un perro con sarna. No soy capáz de defenderme. Nunca lo fui. Siempre fui débil... No tengo fuerza... Me caigo, me levanto, me caigo... Todo el tiempo es igual. A veces no se que para que lo intento.
                       ¿Por qué no simplemente me quieren y ya? A mi no me cuesta nada querer... Es tan fácil.... ¿cuál es mi problema? ¿qué impide que me quieran? No soy exigente. No pido bombones, ni flores, ni joyas. No busco un intelectual, ni un humorista, no me interesa un sexsimbol. Me conformo con que me quieran. Es todo lo que pido...y que no me diga "no te enamores". La idea de estar con alguien, de buscar pareja, es enamorarse. Sino, ¿qué sentido tiene someterse a todo eso?

miércoles, 7 de marzo de 2012

Lo prohibido es, ¿tentador?

                     Lo prohibido definitivamente es tentador, y también, absolutamente peligroso. Por algo es prohibido. Las consecuencias las conocemos, y si nos aventuramos a poseer o hacer aquello que se supone que no debemos, lo hacemos sabiendo que corremos riesgo.
                   ¿Por qué nos atrae tanto el  no? ¿Por qué mientras más nos dicen que no podemos, más lo queremos? Nos dan mil motivos para NO hacerlo, pero nos alcanza solo uno para SI hacerlo.
                     Es el desafío, es la duda de saber hasta dondé somos capaces de llegar. Es llegar al limite, es romper los códigos. Es darle franco a la conciencia, y darle rienda suelta a nuestros impulsos. Es volverse un fugitivo, un experto en la mentira, un actor profesional. Todo por lo prohibido. Que nadie lo sepa, que nadie lo descubra, que nadie me vea tomando aquello que no es mio. Es un juego peligroso... Como dije, lo prohibido, es prohibido por algo...

viernes, 24 de febrero de 2012

INFIDELIDAD

                 Mi amiga me dijo ayer "¿Por qué será que nos duele cuando la persona con la que estamos nos engaña con otra, si en realidad, esa persona no es nuestra, ni la compramos? Es libre de estar con quien quiera estar, sea yo o no". Tiene razón, no es una locura su planteo. Me detuve a pensar unos segundos, y sin mucho esfuerzo respondí...
                 "Cuando elegimos a alguien como nuestro compañero, asumimos un compromiso. Ese compromiso es la fidelidad. No está escrito en ningún lado, no existe ni siquiera un acuerdo verbal, y sin embargo, sabemos que debemos cumplirlo. Asumimos el compromiso de estar con esa persona, y CON NADIE MÁS. Es algo así, como una de las muchas pruebas de amor que debemos pasar, para demostrar que amamos a nuestra pareja. Nos comprometemos a ser de él o de ella, y de nadie más. Nuestro amor, nuestro corazón, nuestras palabras bonitas, nuestros besos, nuestro TODO, es solo de esa persona. Es el beneficio de tenerte: no compartirte, ser exclusivamente mío... Por supuesto, yo a cambio hago lo mismo.
               Por eso, cuando ese compromiso se rompe, nos duele. Confiamos que el otro va responder de la misma manera que uno. Es lo único que esperamos. Si eso no pasa, nos sentimos traicionados. Es la tración a la promesa que nunca dijimos ni oímos, pero que ahí estaba. Es la ilusión rota, la de aquella persona que nos amaba y juro estar solo con uno. Toda nuestra fe está depositada en ese contrato. Queremos ser solo del otro, y que el sea solo nuestro. ¿Por qué compartirlo? ¿Por qué tiene que estar con otra, si supuestamente me ama a mi, y con mi amor le alcanza y le sobra? ¿Qué necesidad se buscar a alguien más? ¿Por qué mentir y engañar de esa manera? ¿Por qué jugar así con el corazón del otro? ¿Qué sentido tiene la infidelidad donde se supone que existe amor?"
 Entonces, ahora viene a mi la duda, ¿por qué uno llega a ser infiel?, ¿tan enfermo puede estar el amor?, ¿no es más sencillo decir, "ya no te quiero, sigamos cada uno por su lado"? ¿por qué someterse a semejante tortura? No solo el que es engañado, sino también el que engaña. ¿Comó hace para supestamente amar a dos personas?, ¿llevar la mentira sin confundirse o sentirse culpable?. Quizás la fidelidad y el amor sea toda un invento de la sociedad . Sin embargo se siente tan intenso y real, que no podemos evitar que nos afecte.

 Siguiendo con la misma linea de pensamiento, y guiados por el tema de la infidelidad, les pregunto ¿en qué momento se deja de amar a alguien?. ¿Como se puede dejar de querer a alguien? No lo imagino, no lo entiendo. Si yo quiero a alguien, me gusta estar con él, disfruto de oírlo hablar y todo lo demás, ¿como, así como si nada, como si fuese algo tan sencillo, se deja de querer a una persona, o nos deje de gustar, como si se tratase de un juguete o un algo, cuando en realidad, es un alguien? Y si se puede hacer eso con cualquiera, quererlo y dejar de quererlo, entonces, ¿con la familia pasa lo mismo?, ¿puedo dejar de querer a mis hermanos, a mis papás o a mi abuela?, ¿es eso posible?...